En el 480 a.c un ejército de soldados de toda Grecia
comandado por Leónidas de Esparta se enfrentó casi a la desesperada contra el
poderoso rey persa Jerjes
El gran imperio persa construido por Ciro y por Darío
necesitaba agrandar sus fronteras para consolidarse como para seguir creciendo
y fijó su punto de mira en Grecia, que además le permitía poner un pie en
Europa, sin embargo no contaba con la dureza de los griegos, que le plantarían
cara y frenarían sus ansias expansionistas.
Antecedentes.
Entre el 499 y el 494 a.c., se produjo lo que se conoce como
la revuelta jonia, en la que las ciudades griegas del Asia Menor sometidas a
los persas se levantaron en armas. En un primer momento los griegos lograron
vencer y pidieron ayuda a los griegos continentales para hacer frente al nuevo
ataque persa. Sólo Atenas y Eretria acudieron en su ayuda pero no fue
suficiente, la rebelión fue aplacada y aquellos que habían osado levantarse en
armas contra el imperio persa debían pagarlo.
Tras negarse Atenas y Esparta a dar al rey persa
"tierra y agua", Darío mandó un enorme ejército para castigar a los
rebeldes. Sin embargo será derrotado en Maratón (490 a.c.), enfrentamiento que
para los griegos tomó en seguida el carácter de mito pero que no supuso un gran
revés para los planes de Darío.
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